miércoles, 14 de mayo de 2008

Las Luciérnagas

Existen muchas especies de seres vivos que producen luz por sí mismos. La mayoría se encuentran en los mares, como los seres microscópicos que iluminan las estelas de barcos y delfines, o los que habitan en las profundidades, a donde no llega la luz del sol. En tierra, los más conocidos son las luciérnagas. En muchos lugares se pueden ver las luces de estos insectos decorando el campo en la noche.

Es normal pensar que se necesita fuego o electricidad para producir luz. Estos medios utilizan las cualidades físicas de la materia para generar calor e iluminación. Sin embargo, también se puede conseguir por medios químicos, y es gracias a substancias biológicas que las luciérnagas y otros animales producen su propia luz. Este proceso es denominado bioluminiscencia, y algunos animales lo utilizan para cazar. Sin embargo, en el caso de las luciérnagas, el objetivo es la reproducción. La luz en este caso es atraer a una posible pareja sexual, iluminando alegremente los campos. Iluminan su vida y la de los demás.

Nuevamente en un conocido café del centro de la ciudad un grupo de amigos disertaban sobre algunos temas, que ya se han vuelto costumbre en el lugar y, como se estaba en fechas de celebrar el día del maestro la plática se centraba en la educación de los países occidentales, que se basaban en la tradición derivaba de la educación de la antigua Grecia, donde Sócrates, Platón, Aristóteles e Isócrates fueron los pensadores que influyeron en su concepción educativa. El objetivo griego era preparar a los jóvenes intelectualmente para asumir posiciones de liderazgo en las tareas del Estado y la sociedad. En siglos posteriores, los conceptos griegos sirvieron para el desarrollo de las artes, la enseñanza de todas las ramas de la filosofía, el cultivo de la estética ideal y la promoción del entrenamiento gimnástico.

En el periodo helenístico, las influencias griegas en la educación se transmitieron en primer lugar por medio de los escritos de pensadores como Plutarco, para quien el protagonismo de los padres en la educación de sus hijos era el más esencial punto de referencia. La educación romana, después de un periodo inicial en el que se siguieron las viejas tradiciones religiosas y culturales, se engrandeció por el uso de profesores griegos para la juventud, tanto en Roma como en Atenas.
De ese modo, como mucha de nuestra cultura proviene de la Española y ésta a su ves de la cultura Romana, tomamos el sistema de educación al que yo llamo de las luciérnagas, porque el maestro ilumina y embellece la oscuridad para darle luz y vida a los demás, pero con el pasar de los años la respetada figura del maestro ha ido perdiendo su brillo, ese profesor o profesora que hacía las veces de líder, consejero, médico, abogado y padre de sus alumnos, es cada vez menos reconocido, y desgraciadamente, cada vez menos existente; el ritmo de vida actual, los avances de la ciencia y la propia sociedad hoy más deteriorada, han motivado que la indispensable profesión del docente, cuando más se necesita, se encuentre devaluada, con todo y esto los maestros siguen luchando por instruir, formar gente educada y de bien, siempre anteponiendo la vocación contra toda adversidad, son luciérnagas que irradian sabiduría, amor y respeto a nuestros semejantes.

Por ello he querido dar a conocer algunos puntos, por los que no debemos dejar en la indiferencia a esos maravillosos hombres y mujeres que con su sapiencia, iluminan como luciérnagas los caminos de los jóvenes de México y el Mundo.

La labor del maestro propicia el desarrollo de las capacidades, habilidades y aptitudes del educando que inciden en la formación del ciudadano mexicano.
El maestro también es formador de conciencias, es promotor social, es actor que con su ejemplo invita a la superación personal y a la solidaridad.
Lucha contra la ignorancia y aporta elementos que disminuyen el rezago educativo de nuestro país.
El ejercicio magisterial no es empresa fácil porque conlleva la decisión de participar en la formación del hombre del mañana.
El aula no es el único espacio físico que permite al maestro volcar en el alma y en la mente de niños y jóvenes, conocimientos, enseñanzas y valores.
Cada maestro, urbano o rural; de enseñanza básica o media y media superior enfrenta con humanismo la tarea que a sí mismo se ha impuesto y que la nación le ha encomendado.
Siendo Presidente de la República don Venustiano Carranza, firmó el decreto que declara el 15 de mayo como día del maestro.

Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido, es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive; es ponerlo a nivel de su tiempo, con lo que podrá salir a flote sobre él...
José Martí

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