Pláticas de Café
Por Dante Omar Sánchez Alatorre
PEMEX AHORA O NUNCA
Petróleos Mexicanos (Pemex) es una empresa paraestatal, creada en 1938, que cuenta con un monopolio constitucional para la explotación de los recursos energéticos (principalmente petróleo y gas natural) en territorio mexicano, aunque también cuenta con diversas operaciones en el extranjero. Pemex es la única empresa que puede explotar el petróleo en México. Esta empresa actúa bajo la supervisión de un consejo de administración, cuyo presidente es el Secretario de Energía, actualmente la Dra. Georgina Kessel Martínez. El Director General de Pemex (el cual es el encargado de las operaciones diarias) es Jesús Reyes Heroles González Garza.
PEMEX, es además la compañía estatal encargada de administrar la exploración, explotación y ventas del petróleo, es la compañía más grande (de cualquier tipo) de Latinoamérica con ventas superiores a los 86.000 millones de Dolares al año, una cifra incluso superior al PIB de algunos de los países de la región.
En 1935, las compañías petroleras que operaban en territorio mexicano (que en ese entonces se encontraban en manos de capital extranjero) se negaron e intentaron impedir la creación de sindicatos de trabajadores petroleros. Sin embargo, pese a los esfuerzos de estas empresas se logró crear al Sindicato Único de Trabajadores Petroleros, este sindicato comenzó una huelga para mejorar las condiciones de trabajo e incrementar los salarios de los trabajadores. Ese mismo año el entonces Presidente de México Lázaro Cárdenas intervino para mediar la situación.
Ya que el problema entre los trabajadores y las compañías no se resolvía y esto afectaba grandemente a la economía de todo el país, en 1938 Lázaro Cárdenas se unió a las peticiones de los trabajadores y se exigió el incremento en los salarios y una mejora en los servicios sociales de los trabajadores. Desafortunadamente las compañías británicas y norteamericanas se negaron a esto y los inversionistas extranjeros amenazaron con irse del país llevándose todo su capital.
Debido a esto, el 18 de marzo de 1938, el Presidente de México, Lázaro Cárdenas declaro su decisión de expropiar la industria petrolera (que incluyo todos los recursos e instalaciones existentes en territorio mexicano). Dos horas después, en todas las estaciones de radio de la República, la hizo pública al pueblo de México. Se creó la compañía del estado Petromex y ésta comenzó a adquirir las concesiones existentes. Finalmente, el 7 de junio de 1938 se publicó el decreto de creación de Petróleos Mexicanos.
En un conocido café del centro de la ciudad un grupo de amigos disertaban (como siempre) sobre algunos temas, entre tantos, salio a relucir lo sucedido en el Senado de la Republica, en donde por fin los legisladores Carlos Lozano, Dante Delgado, Francisco Labastida y Graco Ramírez, anunciaron a la prensa la propuesta que impulsará un nuevo régimen fiscal en Petróleos Mexicanos, los grupos parlamentarios de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), de la Revolución Democrática (PRD), Convergencia y del Trabajo, dieron a conocer la iniciativa con proyecto de decreto para reformar la Ley Federal de Derechos, que dotaría a la paraestatal de 60 mil millones de pesos para destinarlos a su modernización y a la investigación petrolera en el país.
Actualmente la paraestatal está invirtiendo más del 90% del total de sus recursos a producción y sólo una ínfima parte a exploración. Es urgente que se detengan los programas de ampliación de la plataforma de producción petrolera; las inversiones que se están destinando a ese rubro, deben ser destinadas a “exploración” de petróleo y gas o realmente vamos a quebrarla.
Se está disponiendo irresponsablemente del recurso natural no renovable más importante que tiene el país, y del que depende una gran parte de las finanzas públicas y de la atención de demandas sociales. Los recursos petroleros sirven para pagar el sueldo de los maestros, para pagar el mantenimiento de las carreteras, para financiar los programas de seguridad pública, para construir y equipar hospitales, para apoyar a los Estados en el pago de sus trabajadores y en la atención de las demandas de su población.
El problema es que se está acabando el petróleo de nuestro país porque se está sobreexplotando. Se ha privilegiado la inversión en producción de más petróleo (incluso recurriendo a procedimientos técnicos muy caros, como la inyección de nitrógeno en los pozos agotados para continuar explotándolos), en vez de hacerlo en exploración de nuevos yacimientos que permitan aumentar las reservas.
Mientras se privilegia la inversión en producción, también se ha abandonado la refinación (se continúa exportando petróleo crudo e importando gasolinas) y el mantenimiento de las instalaciones, en las que cada vez son más frecuentes los accidentes originados por su creciente deterioro.
El agotamiento de las reservas petroleras y las carencias de financiamiento de PEMEX, se deben a que se ha manejado mal como empresa y a que no se ha hecho nada por corregir la sangría de recursos que sufre por parte del gobierno federal a través de la Secretaría de Hacienda.
Por eso PEMEX está quebrando como empresa. Por eso está monstruosamente endeudado. Por eso, a pesar de ser una de las empresas petroleras más grandes del mundo, sólo vale un poco más de 13 mil millones de pesos; por eso debe casi todo lo que vale. Las cifras y la realidad del petróleo y del gas están ahí. Sería un crimen para nosotros y para nuestros hijos dilapidar esos recursos naturales, a cambio de beneficios inmediatos y efímeros.
Por ello en mi humilde opinión, esta reforma en un hecho sin precedente, se impulsaría la investigación petrolera nacional. A la fecha se dedica sólo 0.05 por ciento de los recursos totales generados por la producción a esa actividad, pero con la iniciativa del PRI, PRD, Convergencia y PT ese monto se elevaría considerablemente.
De esos recursos, el Instituto Mexicano del Petróleo obtendría cerca de 6 mil millones de pesos anuales, y la cuarta parte restante, unos 2 mil millones, se destinaría al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para que los orientara a proyectos que se realicen en universidades públicas que trabajen en energías alternas como la solar, eólica y biomasa.
México y las nuevas generaciones lo merecen.
Comentarios en: dante_saad@notimexico.com
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