Diversidad Cultural
Por Dante Omar Sánchez Alatorre
El uso de la palabra CULTURA fue variando a lo largo de los siglos. En el latín hablado en Roma significaba inicialmente "cultivo de la tierra", y luego, por extensión metafóricamente, "cultivo de las especies Humanas". Alternaba con civilización, que también deriva del latín y se usaba como opuesto a salvajismo, barbarie o al menos rusticidad. Civilizado era el hombre educado.
Desde el siglo XVIII, el romanticismo impuso una diferencia entre civilización y cultura. El primer término se reservaba para nombrar el desarrollo económico y tecnológico, lo material; el segundo para referirse a lo "espiritual", es decir, el "cultivo" de las facultades intelectuales. En el uso de la palabra "Cultura" cabía, entonces, todo lo que tuviera que ver con la filosofía, la ciencia, el arte, la religión, etc. Además, se entendía la cualidad de "culto" no tanto como un rasgo social sino como individual. Por eso podía hablarse de, por ejemplo, un hombre "culto" o "inculto" según hubiera desarrollado sus condiciones intelectuales y artísticas. Esto todavía hoy es muy frecuente.
Las nuevas corrientes teóricas de sociología y la antropología contemporáneas redefinieron este término, contradiciendo la conceptualización romántica. Se entiende cultura en un sentido social. Cuando se dice "cultura egipcia", "cultura olmeca" se está haciendo uso muy distinto de aquel, se refiere a los diversos aspectos de la vida en esas sociedades. En general, hoy se piensa a la cultura como el conjunto total de los actos humanos en una comunidad dada, ya sean éstos prácticas económicas, artísticas, científicas o cualesquiera otras. Toda práctica humana que supere la naturaleza biológica es una práctica cultural.
En nuestro conocido centro de reunión, un café, de nuevo nuestros amigos comentaban que en el desarrollo de la conceptualizacion de la palabra cultura y lo que ello implica, en los últimos tiempos nos referimos a una concepción mucho más respetuosa de los Seres Humanos, lo que impide la discriminación entre "hombres cultos" y "hombres incultos" que el término podía tener desde el romanticismo; Se hablará ahora de diversidad cultural, lo que evita la discriminación de pueblos y hombres por tener "cultura" distinta.
Efectivamente hace un par de meses en la galería Ramón Alva de la Canal la Asociación Civil Perseverancia Ciudadana presento el Libro “La Diversidad Cultural vista desde Veracruz” de Eduardo Pérez Roque, reconocido académico y promotor cultural de la capital del Estado. Al repasar sus paginas uno se encuentra un libro que invita a profundizar en el tema, pues está escrito inteligentemente de una manera muy clara y digerible, además de que nos hace revalorizar nuestra posición ideológica en torno a la diversidad cultural, que se manifiesta en el lenguaje, las creencias religiosas, las prácticas educativas, en el arte, en la música, en la estructura social, en la práctica política, en la dieta y en otros atributos de la sociedad humana.
La diversidad es a menudo percibida como una disparidad, una variación, una pluralidad, es decir, lo contrario de la uniformidad y de la homogeneidad. En su sentido original y literal, la diversidad cultural se referiría entonces simplemente a la multiplicidad de las culturas o de las identidades culturales. Pero hoy en día esta visión está superada, ya que para Pérez Roque y otros expertos, la “diversidad” se define no tanto por oposición a “homogeneidad” sino por oposición a “disparidad”. Esto es sinónimo de diálogo y de valores compartidos. En efecto, el concepto de diversidad cultural, así como el de biodiversidad, va más lejos en el sentido de que considera la multiplicidad de las culturas en una perspectiva sistémica donde cada cultura se desarrolla y evoluciona en contacto con las otras culturas.
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